La maravillosa señora Maisel: sobre Joel y Midge

05.01.2024

(Spoiler total)

Midge y Joel no terminan juntos y eso me rompió el corazón. Lo entendí, miré entrevistas a actores y directores hasta entenderlo. Lo que la serie busca es priorizar otro vínculo, el de Midge y Susie, una bellísima amistad. Irónicamente, la parejita feliz de productores (Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino) quiso sacar del centro al romance y dar lugar a otros encuentros, como el de estas dos mujeres tan distintas que tienen tanto que aprender para trabajar juntas. Lo entiendo y lo aplaudo. La construcción del vínculo Midge-Susie es impecable y merece ese final. Pero la construcción del vínculo Midge-Joel es igual de genial, y la serie le dedicó muchísimo tiempo en pantalla. Los vimos amarse con pasión adolescente en los flashbacks, descubrirse a sí mismos y al otro en el presente, quererse en silencio, extrañarse, respetarse, reírse mucho y acompañarse en la crianza de los hijos. Merecíamos ese final feliz, aunque fuera a los setenta años, después de la cárcel de él y los otros matrimonios fallidos de ella, como una especie de reversión de El amor en los tiempos del cólera. ¿Por qué nos lo negaron, Sherman-Palladino?

Mi Romeo y Julieta (muchísimo más que los verdaderos Romeo y Julieta) son Jane Eyre y el señor Rochester. Leí la novela a los catorce años, y su historia fue una de mis experiencias más tristes y más hermosas en relación con el amor. No importa que no me haya pasado a mí: el sentimiento es real, y es mío. Con Joel y Midge sentí algo parecido. Tuve una doble vida después del nacimiento de mi segunda hija. A la madrugada, mientras amamantaba y acunaba y caminaba de acá para allá para que se cerraran esos ojitos, ponía en la tablet La maravillosa señora Maisel y me entregaba a la vida de Midge.

Su historia con Joel es triste porque nos dice que el amor no es suficiente. Esos chicos que se amaban desde el principio no pueden ser un matrimonio feliz porque Joel odia su trabajo y no tiene la fuerza ni el talento para desarrollar su vocación de cómico. Cada paso que da es gracias a Midge, pero tan poco pone él de su parte que nunca es suficiente y termina odiando a su esposa por ser testigo de su fracaso. Ella, en cambio, se muestra feliz en su pareja aunque nosotros veamos otras cosas: la compulsión de tomar a diario las medidas de su cuerpo, la forma en que se maquilla y arregla a escondidas a la hora de dormir, la necesidad de dedicar toda su energía al proyecto de su marido. Si se muestra feliz es porque la alegría y el optimismo son inherentes al personaje, pero duele un poco verla en ese primer capítulo al servicio de un tipo que no la valora.

La huida de Joel es una bendición. Es el evento traumático que los hace crecer a ellos y a sus padres, que los incentiva a buscarse a sí mismos. Y a medida en que estos personajes se encuentran, que van asumiendo quiénes son y qué quieren hacer, aceptan con mayor facilidad a los otros en sus propias búsquedas. El resultado es hermoso: una gran familia al cuidado de Ethan y Esther. Los Maisel y los Weissman no están unidos por el amor de Joel y Midge (el amor no es necesario) sino por el cuidado de los chicos, y no solo de ellos: en más de una ocasión vemos a los adultos cuidarse entre sí (Midge a sus padres, Joel a Midge, Moishe a Joel). Ethan y Esther son responsabilidad de todos, pero sobre todo de su papá y su mamá, y en partes iguales. Que Joel cuide a sus hijos con alegría mientras Midge está de gira con Shy Baldwin no es de avanzada para los cincuenta: es de avanzada hoy en día.

Aunque no sea necesario en esta nueva construcción familiar, el amor romántico sigue presente. En cada temporada vemos a Midge y Joel quererse, gustarse, buscarse. También son más compañeros, más equipo que antaño. Podrían habernos dado el gusto. Un encuentro al final del camino, un Ross & Rachel con mayor maestría y complejidad. Hubiésemos entendido igual, Sherman-Palladino. Lo juro. Era solo una caricia mientras mirábamos la otra historia, la de la maravillosa señora Maisel y su maravillosa manager. Porque aunque el amor no sea necesario ni suficiente, sí es posible. Y no es posible a pesar de la carrera de Midge, sino gracias a ella. Amor y desarrollo personal van de la mano. Ustedes lo saben, esta es su historia. Una hermosa historia que aplaudo de principio a fin aunque Joel y Midge no terminen juntos y eso rompa mi ridículo y romántico corazón.